Habia comentado en días pasados que mi gato había llevado a mi casa dos tlacuachitos y que en ese instante no supe que hacer. Pero para mi buena suerte, una compañera de mi grupo presta ayuda en el zoológico y tiempo atrás le habian encargado que cuidara unos tlacuaches que por desgracia, murieron. Al ver una oportunidad de que los animalitos que me llevó mi gato tuvieran una buena vida, le entregué a las dos criaturas y así, fueron llevados al zoológico. Sin embargo, casi cuatro días después de que se llevó a los tlacuaches, mi gato salió de casa nuevamente y volvió a traerme a otros dos. Pero como se cruzó la suspensión de labores debido a la influenza que "azotó" al país, tuve que quedarme en casa y hacerme cargo de mis nuevos huéspedes.
Poco a poco fue pasando el tiempo, y llegué al punto de ponerles nombre: Totó y Teté. Totó es pequeñito y muy manso, pero al contrario, Teté estaba más grande que él y era muy agresivo, siempre que quería meter la mano para cambiarles la comida se aventaba a morderme, aunque gracias al cielo, eso nunca sucedió.
El caso es que los tlacuaches siguieron creciendo. Cambié su alimentación de leche por atún, croquetas de gato y alimento de sobre, y les daba continuamente agua. Asi estuve durante casi un mes y debo reconocer que me estaba encariñando con ellos. Pero obviamente no podía conservar a estos animalitos, por lo que me puse de acuerdo con unos amigos para ir al zoológico y no causarles mas molestias a la compañera que prestaba servicios ahí.Y por fin, llegó el día... el 15 de mayo, con la suspensión por el día del maestro, tuvimos que ir por medio día a la escuela para una práctica de anatomía y después de eso, fui con Fer y B al zoológico, ya que ellos no lo conocían. En el camino nos encontramos a otra amiga, H n_n y ella nos acompañó.
Tenía mucho tiempo de no ir al zoológico, y aunque en realidad no parece la gran cosa, es un lugar tranquilo. Tan solo ver como nos correteaban los gansos, como los loros remedaban a B y a muchos animalitos más nos pareció muy agradable. Pero por desgracia, no quisieron aceptarme a los tlacuaches y con la excusa de que tenían muchos me dijeron que intentara en otro lugar (como si fuera tan fácil acomodar a unos)
Con actitud derrotada, continuamos en el zoológico y tras terminar el recorrido, cada quien se dirigió a sus respectivas casas. Así fue como tuve que volver con Totó y Teté, a quienes tuve que llevar en una jaula de pájaros y dejar de nueva cuenta colgados en la pared. Pero ya no podía mantener a los tlacuaches dentro de mi casa, puesto a que han crecido y han despedido un olor muy penetrante y recibo a cada rato las quejas de mis familiares.
A pesar de todo, sacaba a los tlacuaches durante el día, y en la noche los metía a la casa. Tuve que meterles una pequeña caja para que la usaran como madriguera y pues, estaban bien hasta el momento, pero Teté empezó a ser demasiado agresivo, al grado de atacar a su hermanito. A cada rato estaba molesto, babeaba y se lanzaba a atacar, asi que comencé a pensar que no podría tenerlo por más tiempo.
Tuve que tomar la decisión final cuando una noche metía la jaula de los tlacuaches y vi que estaba llena de sangre. Los dos tlacuaches se pelearon y se lastimaron, y como Totó es muy pequeño a comparación del otro, decidí soltar a Teté. Cabe destacar que al lado y al frente de mi casa hay terrenos baldíos, pero no quería dejar a los animalitos ahí porque sé que mis vecinos tienden a atacarlos hasta la muerte. Pero viendo la situación, tuve que sacar a Teté de la jaula y dejarlo libre en el terreno baldío, confiando en que tiene ya la experiencia necesaria para sobrevivir y esperando a que logre permanecer mucho tiempo libre y sano... aunque no haya tenido un buen carácter, es un ser vivo, por lo que no puedo dejar de sentirme mal al pensar que pueden atacarlo... Esperemos que no sea así.
Y mientras tanto...Totó sigue en mi casa .... Curiosamente, se ha ganado la simpatía de mi familia
No hay comentarios:
Publicar un comentario